El llanto contenido de un abogado


La emoción de Germán Kexel en su alegato.
Abrazo. Kexel y el saludo de Carolina Varsky, querellante por el CELS.


En la parte final de su intervención, Germán Kexel necesitó tomar agua un par de veces. De espaldas al público el micrófono igual amplificó cómo tragó saliva para contener el llanto. No le fue fácil seguir. De voz quebrada recordó cómo se pudo juzgar a represores luego de las derogaciones de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. El joven letrado es de Trelew. Ese origen fue decisivo para que Derechos Humanos lo contrate exclusivamente para el juicio por la Masacre. Su carrera incluye trabajos para Abuelas de Plaza de Mayo. Esa historia se le cayó en la cabeza en un segundo y por eso su emoción.
“Sólo algunos pudieron ver en ese entonces que la represión mostraba su verdadera cara y anticipaba el terror –le dijo al tribunal-. Trelew enfrentó a los abogados con la impotencia de las herramientas del Derecho frente a la inminencia de la masacre”.
Kexel se definió como un abogado de “la nueva generación” que tuvo la chance de retomar el trabajo de los  que lo intentaron todo en 1972, como Eduardo Luis Duhalde. “A ustedes como jueces de la democracia les toca dictar sentencia. Tenemos la oportunidad histórica de hacer justicias por los fusilados para sus familiares que vivieron estos años entre la clandestinidad y la lucha, y para sus hijos hoy adultos, cuyos padres no llegaron a verlos. También para los vecinos y militantes de Trelew y Rawson, quienes tuvieron muchos años el miedo en el cuerpo”.
En una autoreferencia, el querellante habló de “quienes crecimos en este Valle y muchos años después se nos negó la posibilidad de conocer esta historia, bajo la cantinela de que aquí nunca pasó nada”. Tras considerarse “un privilegiado”, para Kexel donde la dictadura de Lanusse vio aridez y distancia, “nuestros pueblos vieron germinar las flores de su movilización”. Por eso exigió que el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia “consagre lo que este pueblo sentenció hace 40 años, cuando pidió por primera vez justicia para los fusilados de Trelew”.