Proyección Cine Club Núcleo, 3 de Abril de 2005

CINE CLUB NUCLEO domingo 3 de abril de 2005
Exhibición n. 6494
Temporada n. 52

TRELEW (Argentina, 2004) Dirección : MARIANA ARRUTI. Libreto: Mariana Arruti
Investigación: Jorge Magallanes. Fotografía: Javier Miqueles. Cámara Pablo Pupato, Leonardo Aguinaga. Música: Bernardo Baraj. Montaje: Mariana Arruti, Miguel Schverdfinger. Edición on line: Emiliano López. Mezcla sonido: Martín Montrassi. Productora: María Pilotti. Asistente de Producción: Julia Rebotaro. Jefe de Producción: Martín Mujica. Locaciones: Juan Arcuri. Estreno en Buenos Aires: 16de septiembre de 2004. Duración original: 98

El film:

El 15 de agosto de 1972 un grupo de militantes de Montoneros, FAR y ERP se fugaron del penal de Rawson, provincia de Chubut, y trataron de alcanzar, por distintas vías, un avión que partía del aeropuerto de Trelew. La mayoría de ellos no lo logró y, tras algunas horas, decidieron entregarse y fueron trasladados a la base aeronaval Almirante Zar: luego de ser torturados durante varios días, en la madrugada del 22 de agosto los diecinueve prisioneros fueron acribillados en sus celdas. Sólo tres de ellos lograron sobrevivir, con heridas graves.
La masacre de Trelew apuró con sangre los últimos meses de la dictadura de Agustín Lanusse y con el tiempo resultó ser uno de los pocos momentos que encontró unidos a los distintos sectores de la militancia argentina. Las circunstancias del episodio contienen todos los elementos necesarios para sostener un excelente film, pero el cine argentino nunca se atrevió a hacerlo, aunque existen investigaciones de autores como Paco Urondo y Tomás Eloy Martínez. Sólo un mediometraje clandestino de Raymmundo Gleizer y Álvaro Melián (Ni olvido ni perdón, (1972) y algún ocasional corto independiente posterior se ocuparon de recordar la tragedia. Llenar ese vacío es el mérito más obvio de este largometraje documental de Mariana Arruti (Los presos de Bragado). Afortunadamente no es el único.
A diferencia de muchos documentales recientes que evidencian una marcada tendencia hacia la incontinencia impresionista. Arruti sostiene el suyo sobre una investigación exhaustiva y rigurosa, que reconoce fuentes preexistentes pero que también tiene mucho de original. Como resultado, el film no sólo contiene los testimonios de otros expresos políticos que compartieron la cárcel con los que se fugaron, sino también el de vecinos de la zona, exguardias del penal y hasta los encargados de la funeraria que debió ocuparse de las consecuencias de la masacre. Con el mismo rigor Arruti buscó y seleccionó su material de archivo, procurando superar la reiteración de imágenes ya fatigadas por otros films del período.
Pero Trelew no es la ilustración de un detallado informe periodístico sino un relato cienematográfico cuya estructura narrativa distribuye cuidadosamente la información para mantener el interés a través de un creciente suspenso, al que construyen la acumulación de detalles cotidianos, el tono de los entrevistados, la minuciosa reconstrucción del contexto. Además, la realizadora encontró elementos para componer secuencias de pura sugestión visual, como cuando yuxtapone los restos desmantelados del aeropuerto de Trelew con fragmentos de conferencia de prensa que los militantes dieron en ese mismo lugar, antes de entregarse, o cuando recorre los alrededores de la base Almirante Zar, cuyas puertas no se abrieron para este film.

Fernando Martín Peña

Si las vueltas de tuerca son una de los muchos quiebres de la historia argentina, la fuga y el posterior asesinato masivo de la cárcel de Trelew en 1972es talvez el hecho más significativo de los dobleces oscuros de la memoria colectiva, un episodio que preanunció la despiadada represión que se desataría en los años posteriores.
En los últimos años surgió una extensísima cantidad de documentales que exploran los años más terribles del pasado argentino, con epicentro en los setenta (Los rubios, Che vo cachai, Nietos -Identidad y Memoria-, Flores de septiembre, Sol de noche, Los perros, Papá Iván, , para citar los más recientes); pero el film de Mariana Arruti tiene la particularidad de trabajar un relato que de por sí solo tiene las características de un trhiller. Esto es:de cómo un grupo de más de cien “cuadros” guerrilleros de Montoneros, ERP y FAR – entre los que se encontraban Domingo Menna, Vaca Narvaja, Ana “La Sayo) Villarreal de Santucho – planean una fuga del penal de Rawson, de cómo algo sale mal, de las razones por la cual sólo un minúsculo grupo logra escapar a Chile, de la toma del aeropuerto de los que no llegaron al avión y de cómo se ametralla a diecinueve presos en la base Almirante Zar, en donde sobrevivieron sólo tres guerrilleros. Este sangriento hecho prefiguraría los años por venir, y la película, además de rescatar del olvido la terrible masacre, no sólo hace centro en la denuncia, sino que se plantea desde un principio como un fresco de una época (como ejemplo, Trelew da cuenta del velorio de los guerrilleros en la Buenos Aires , un velorio en donde la Policía Federal irrumpe en el lugar con una ……tanqueta, esas cosas pasaban en los setenta), si entrevistando a los dirigentes que sobrevivieron como Gorriarán (ERP), Vaca Narvaja (Montoneros), pero también, sin dejar de lado el testimonio de los abogados de derechos humanos, a los familiares de los detenidos, los pobladores de la ciudad, a los remiseros que llevan a los guerrilleros al aeropuerto, a la solidaridad a pesar del terror. Como una fiscal que busca las pruebas para una muy lograda y documentada acusación., Arruti logra con Trelew una película de denuncia y a la vez, logra emocionar al poner su mirada en una época y una generación.

(Hugo Sánchez,La Pochoclera Buenos Aires, 16 de septiembre de 2004)