Estreno en Rosario, Septiembre 2005, Cines Monumental y el Siglo

El Ciudadano & la región Rosario domingo 4 de septiembre de 2005
ESPECTACULOS
ENTREVISTA: La directora Mariana Arruti habla de “Trelew” documental en el que aplica un formato de thriller policial

“Quería abrir otros debates”

por Cecilia Vallina
La película cuenta la historia de la fuga del penal de Rawson y el posterior fusilamiento

(…….)-¿La Masacre de Trelew era un tema tabú en Chubut? (…..)
-¿Cómo fue llegar a Trelew? (…..)
-La película tiene una estructura fuerte, es como un policial atravesado por lo político.¿Cómo te planteaste esa relación?

(….) – Decidí señalar el marco y los antecedentes cuando la película abre, el Cordobaza, la lucha social, la aparición de las organizaciones armadas como bandera de cambio, la simpatía que generan en ese momento y la represión que empiezan a montar otros sectores. Desde mi mirada, lo que llama la atención es la unidad, la intrepidez de los pibes, su entrega, lo jóvenes que eran. Por eso quise mostrar sus pequeñas anécdotas de vida cotidiana en el penal, el futbol, la alegría, las bromas. Decir que había algo más que la muerte, algo más que las discusiones, decir que estaban vivos y eso me importó más que lo otro. Yo no quería hacer una película de discusión y de planteo del contexto, no quería aburrir con esoi cuando tenía una historia tan apasionante para contar.
- La base naval en la que ocurrieron los fusilamientos sigue siendo un lugar cerrado. ¿La Armada nunca les contestó sus pedidos o les dijeron simplemente que no podán filmar allí.
- Sólo nos dejaron filmar de afuera. El film termina diciendo que la Armada no aceptó dar ninguna versión más que la de la fuga y que el caso estaba cerrado. Esa, evidentemente, es la parte que falta reconstruir.
-¿Cuándo decidiste filmar esta historia?(…..)


Página 12 ROSARIO jueves 1 de septiembre de 2005

“HAY QUE SABERSE GUIAR POR UNA HISTORIA”

Así es la experiencia de hacer cine documental para Mariana Arruti, la directora del elogiado film Trelew, sobre la masacre de 1972 que se desató luego de una fuga de presos políticos

por Fernanda González Cortiñas

“Jamás me propuse hacer una crónica objetiva”, empieza diciendo Mariana Arruti, directora de Trelew, el documental sobre la masacre de Rawson que se estrena hoy en Rosario. Precedida de las más elogiosas críticas, el film de Arruti – sy tercer documental – se involucra con un relato apasionado y apasionante, infrecuente para el género, uno de los más sangrientos episodios que registra la historia argentina reciente.
Detenidos en el penal de Rawson durante el gobierno de Lanusse, el 15 de agosto de 1972 un centenar de dirigentes guerrilleros puso en marcha un plan para fugarse. Sólo algunos lograron alcanzar el aviónue aguardaba en el aeropuerto de Trelew para escapar al Chile socialista. El resto fue fusilado ……..en lo que se constituyó no sólo en uno de los hechos de violencia políticia más espectaculares registrado hasta entonces, sino también en una clave fundamental para comprender lo que vendría después.
“Decidí meterme de cabeza en este proyecto cuando me llegó a las manos un texto del padre de María Angélica Sabelli (una de las víctimas de la masacre). Era el relato de la última visita a su hija, presa en Rawson – cuenta Arruti-. Era el último día, , el día de la fuga.Ella le había pedido que ese día no fuera y él fue igual. La carta termina diciendo que no recuerda dónde la besó aquella tarde. María Angélica tenía 23 años. Algo me pasó con eso; no sé si a todo el mundo le pasa, ni siquiera sé si es bueno, pero a mí me dijo que tenía que hacer algo”.
Hija de un dirigente obrero que murió en un poco claro accidente de trenes, para Arruti, lejos de significar un asomo al abismo, sumergirse en estos temas tiene un costado catártico.
“Creo que algo te tiene que movilizar mucho para embarcarte en un proyecto como éste, de lazrgo aliento, con bajo presupuesto y millones de problemas. En ese sentido para mí hacer cine es una forma de hablar de mí, de entender cuestiones que me pasan, de desandar mi propia historia”.
En ese sentido, en Trelew hubo un primer acercamiento al tema. La masacre, el escándolo histórico, la vergüenza ajena. Pero al ir recorriendo la red fueron apareciendo otras cosas.”Cuando empecé a bucear en el tema, comezó a aparecer otra dimensión del episodio, más humana que histórica. Creo que en parte me interesó la historia por lo que no tenía de trágica”.
Antropóloga de profesión, la trayectoria cinematográfica de Mariana Arruti se inició a mediados de los ´90. En ese período vieron la luz Los presos de Bragado /1995), ambientada en la década infame y que junto al mediometraje 1977, Casa tomada de María Pilotti, integró el largo Historias no contadas(1999), y La huelga de los locos, a propósito del paro de la Federación de Obreros en Construcciones Navales, durante el golpe de estado de 1955. A lo largo de su carrera ha ido alternando lo académico con una búsqueda más personal de hacer cine, algo que se refleja en el puñado de certezas con las que concibe su oficio, que el documental es cine, y en ese territorio las fronteras entre realidad y ficción no están tan claras, que cada trabajo es producto del “momento”, de su momento, y hay que leerlo en ese contexto, y de que siempre pero siempre, por más duro que sea, termina lo que empieza.
Dueña de una mirada especialmente comprometida con lo social y lo político, la joven realizadora reniega del carácter objetivo del documental y asegura que cuanto mas crca se está del tema, mejor se puede contar. “Si uno va con una estructura de lo que quiere decir, se va a encontrar precisamente con eso. Yo empiezo mi investigación casi como un periodista, juntando la mayor cantidad de datos posibles, pero luego pasan cosas; aparecen testimonios que no estaban en el plan, surgen lugares, recuerdos, detalles que disparan otros testimonios, idea, y hay que saberse dejar guiar por la historia”.
Confiesa que su hijo de 8 años le reclama ña atención full time que le dedica a sus proyectos cinematográficos, por eso Arruti afirmó: “voy a intentar cambiar esa perspectiva para la próxima experiencia, por el bien de la gente que me rodea. Pero no prometo nada”.


ROSARIO
SEÑALES – La Capital, domingo 11 de septiembre de 2005
UN HECHO CLAVEDE LA HISTORIA POLITICA ARGENTINA EN EL CINE

IMÁGENES DE UNA MASACRE

MARIANA ARRUTI RELATA EN “TRELEW” EL FUSILAMIENTO DE 16 PRESOS POLITICOS EN 1972, UN EPISODIO CON PROYECCIONES QUE LLEGAN AL PRESENTE
U.G.MAURO

La Capital

EL RELATO MAS BELLO ES EL MÁS SIMPLE

“Los prejuicios que suelen existir en torno al documentalismo a veces tiene un fundamento, porque el género a veces se permitió muchas licencias que no se debería permitir”, dice Mariana Arruti
“Por sobre todo, “Trelew” es una película, y debe tener el mejor sonido y la mejor fotografía. Se debe lograr que el espectador se atornille a la butaca como en la mejor película de ficción porque tenemos la misma responsabilidad que cualquier realizador, contar una historia y hacerlo bien, porque no puedo convocar a nadie a ver “Trelew” apoyándome sólamente en su contenido político” sostiene la directora.
Para Arruti una propuesta como “La secretaria de Hitler” con una cámara fija, casi sin interrupciones, “se sostiene porque tiene un gran director detrás. El relato más bello es el más simple, aquel en el que el director construye una buena estructura narrativa”

“La historia me conmovió mucho, me parecía políticamente muy fuerte, y de mucha significación para los años posteriores, ya que es el inicio del terrorismo de Rstado” dice Mariana Arruti. Esa historia, la del fusilamiento de diez y seis presos políticos en la Base Almirante Zar, de Chubut, se convirtió en “Trelew”, un largometraje documental recientemente estrenado en Rosario. (…………)

La directora, que es además antropóloga, desde sus 36 años de edad manifiesta que::”por lógica, a nivel generacional carecía, como muchos, de información exhaustiva sobre lo que fueron los años anteriores a la dictadura del 76, algo que para la comprensión de un proceso histórico es importante.”.
Arruti registra como antecedente de tratamiento fílmico documental de la masacre de Trelew a “Ni olvido ni perdón”, de Raymundo Gleizer, cineasta desaparecido por la dictadura militar, aunque también en su trabajo apeló brevemente a imágenes de ficción rodadas por Pino Solanas en su filme “Los hijos de Fierro”
“Lo de Gleizer fue hecho ahí, en caliente, como un filme de propaganda y resistencia, en la clandestinidad“. Se basa en la conferencia de prensa de los fugados de Rawson que se rinden en el aeropuerto tomado por las cámaras de Canal 3 de Trelew.” , recuerda Arruti.

EL ULTIMO BESO

Para la directora es un grave error subestimar a la dictadura que derrocó a Illia en 1966. “Circula una vaga idea en torno a que la dictadura de Onganía, Levington y Lanusse fue blanda, pero eso sólo puede considerarse así cuando se la compara con la de 1976. En el 72 hubo fusilamientos, torturas, algún desaparecido e incluso, por testimonios que recogí, supe que cuando los presos eran capturados, pasaban 10 ó 15 días sin que se supiera dónde estaban”.
“Un único elemento a favor de considerarla una dictablanda -señala- quizás lo constituya el hecho de que los presos de Rawson , antes de la fuga habían logrado tejer una red de comunicación y solidaridad con la población por la que cada uno de ellos contaba con apoderados entre las gente de Rawson, que cuando los iba a visitar al penal convertían al sitio en sede de verdaderas asambleas, algo impensable años después”.
El primer texto que consideró la directora para este documental de 98 minutos fue “La Patria Fusilada” de Francisco Urondo. “Después nos pusimos a leer todo lo que caía en nuestras manos, pero lo que más me impresionó fue un relato muy humano del padre de María Angélica Sabelli, una de las chicas asesinadas,, en el que cuenta que la última vez que vio a su hija fu durante una visita de horas antes de la fuga, el 15 de agosto. Ella le pide a su padre que a la tarde no volviera a visitarla y el relato me impactó mucho porque el padre termina diciendo que no recuerda dónde besó a su hija, si en la mejilla o en la frente, la última vez que la vio con vida”.
Para Mariana Arruti nada fue fácil en su empecinamiento por obtener algunos testimonios en los lugares de los hechos. “En el 2000, al empezar, llegamos a la zona pensando que las puertas se iban a abrir todas y rápidamente, pero se convivía con un silencio terrible sobre el tema en la parte civil y hasta por parte de gente que sabía mucho, que había investigado. Había mucho miedo, hermetismo y dolor.. Hubo gente que saber algo o haber sido apoderada de algún preso, también fue perseguida y se debió interna o externamente”.
Según la realizadora, “la objetividad no existe. Cualquier film es subjetivo por el hecho de elegir y recortar. Uno convierte al entrevistado en personaje; no están tan claras las líneas que separan al documental del cine de ficción. El documental tiene un impacto real sobre historias reales como puede ser la madre de algúno de los fusilados. s. tiene la posibilidad de ser compartido con los que están afuera de uno, mientras que la ficción es más solitaria. El documental siempre impone la presencia del otro”.
UN DESAFIO

La directora caracteriza al filme como testimonial”pero apuesta a generar un clima distinto al de un documental clásico. No revisa el pasado sino que lo cuenta desde el hoy. No se pregunta sobre aciertos o errores o discute los años 70, sino que es una película que narra como si se tratara de una crónica policial, como un trhriller”.
Arruti destaca que durante el estreno en Rawson la respuesta de todos los que participaron en la filmación coincidió o que “volvieron a sentir lo que sintieron en el momento de los hechos. Mucha gente de esa edad preguntó cómo hice esta película sin vivir eso”.
El problema , en estos y otros temas nacionales ”no es que los argentinos no tengamos memoria, lo que sucede es que hay un trabajo sistemático para que no podamos mirar hacia atrás. Los jóvenes van a ir a ver esta película. Ya ocurrió en Córdoba, en Chubut y en Buenos Aires”
“Trelew”, según su directora “tiene un lenguaje narrativo que los hace sentir muy cerca de esta historia, de lo que podría haberlos hecho sentir si la hubiera hecho gente que la vivió. Por otra parte creo que sirve porque genera preguntas”.
Con respecto al cine documental “debemos asumir un compromiso con la estética y la narración. Somos contadores: historias como cualquier cineasta y tenemos que ser serios desde el lugar narrativo. Tenemos que ofrecer una película para el tpi que se sienta en la butaca a ver eso, y nó un discurso político. Ese es el desafío del género documental”.
El equipo de producción de “Trelew” no se quiso quedar con las versiones de uno solo de los bandos, pero “los militares no quisieron ofrecer testimonio; se convocó oficialmente a la Marina pidiendo una declaración oficial, la apertura de los archivos secretos y el contacto con todos aquellos que se hayan desempeñado como personal de la Base Almirate Zar y nada nos fue concedido”