“Preocúpense por nosotros, pero en unos días”

Se lo pidió Pujadas al periodista Carreras en el Aeropuerto de Trelew antes de la Masacre.

Testimonio. El periodista contó detalles que no se incluyeron en el film “Trelew” y que rearman la historia.

La guardó durante años hasta que los militares la descubrieron en un allanamiento: la púa que abrió la primera celda de la Unidad 6 de Rawson el día de la fuga. El montonero Mariano Pujadas se la regaló al periodista Daniel Carreras, luego de que el cronista de Canal 3 cubriera la toma del aeropuerto viejo de Trelew, que duró 4 horas. Carreras la conservó en un cuadro con fondo de terciopelo, con una chapa debajo que explicaba su historia. El día de su secuestro la perdió para siempre.
También perdió 17 kilos y pasó 17 días esposado y desnudo. Lo picanearon de 22 a 6. Un llamado nocturno y anónimo a su esposa le salvó la vida. Años después terminaron pidiéndole disculpas porque su relato no pudo ser incluido en el “Nunca más”. Tantas anécdotas forman parte de la entrevista que la cineasta Mariana Arruti le hizo para su documental “Trelew, la fuga que fue masacre”. Ayer, en el Cine Teatro “José Hernández”, se escuchó la nota entera, con los datos que no se vieron en la película.
Carreras –ya fallecido- aseguró que aquel agosto del ´72 y su inesperado protagonismo “me dejaron muy golpeado”. Y que tras entrevistar a Pujadas, Rubén Bonet y María Antonia Berger no se le ocurrió enviar las cintas a las agencias internacionales de noticias para difundir que había 19 guerrilleros detenidos por una dictadura. Se autocritica y dice que también las debió recibir el general Juan Perón en su exilio español. “No le dimos la proyección que debimos y eso permitió que sucediera lo que sucedió; de haberlo hecho hubiese aumentado su valía como prisioneros y los hubiesen tenido que cuidar”, le confesó a Arruti.
El periodista describió a los guerrilleros como “personas comunes y silvestres, que si caminaban en cualquier calle eran uno más”. Nunca estuvo a más de 5 metros de ellos. Cuando dejaron las armas Carreras le dijo a la cámara que “se entregan a las fuerzas de la represión”. Alguien le tocó el hombro: “Fuerzas de la represión no. Soy el capitán Sosa, Infantería de Marina de Guerra”.
En cuanto a la madrugada del 22 de agosto, Carreras opinó que “fue un fusilamiento a mansalva” y recordó que “más miraba los mapas que difundió la Marina y más cuenta te dabas de que no pudo haber intento de fuga”. Según su visión, los 19 militantes pudieron tomar a familias enteras como rehenes en el aeropuerto y exigir un avión. “Si no intentaron irse en ese momento, ¿cómo iban a querer hacerlo tres días después de una unidad militar, casi desnudos, en agosto y en la Patagonia? Alguien obedeció una orden de arriba porque es imposible que un simple capitán (por Sosa) haya tomado tamaña decisión. Todavía recuerdo lo que con tanta claridad me dijo Pujadas en el aeropuerto: no se preocupen por nosotros ahora, pero sí preocúpense en unos días”.