Fue entre  el anochecer y la mañana del 15  al 16 de agosto, pero de 1972.  Mientras un grupo de sus compañeros llegaban en una avión secuestrado al Aeropuerto de Pudahuel en Santiago de Chile.  Mientras otros 16  de sus compañeros  después de rendirse en el Aeropuerto de Trelew, eran llevados a la Base Almirante Zar. Fue entonces que Luis Ortolani, militante revolucionario, combatiente del Ejército Revolucionario del Pueblo,  tuvo que ponerse al frente de los  otros 116 presos políticos que no habían podido fugarse  del Penal de Rawson .  Rodeados por el Ejército, superados en número y armamento, después de una madrugada de amenazas y tensión, pudieron rendirse y ser sus vidas respetadas .

Luis Ortolani asumió ese reto que le presentó la historia , no con el coraje de los héroes individuales, sino con el coraje  del hombre común comprometido en una causa noble, de justicia e igualdad. Una causa de de muchos.  Hay de esas causas . En nuestro pasado lejano, en el reciente , y hoy también . Y Luis Ortolani se anotó siempre en todas.